Los científicos han
estudiado la electricidad durante siglos, pero no fue hasta finales del siglo
XIX que la electricidad se empezó a usar de forma práctica y a estudiarse
formalmente. Los principios de la electricidad se empezaron a comprender
gradualmente.
En junio de 1752, Benjamín Franklin hizo un experimento con un papalote en una noche de tormenta y descubrió que los relámpagos eran electricidad; él estaba tratando de investigar si los relámpagos se consideraban un fenómeno eléctrico.
En 1820, Hans Christian Oersted descubrió que la corriente eléctrica crea un campo magnético. Con este descubrimiento los científicos pudieran relacionar el magnetismo a los fenómenos eléctricos.
En 1879, Thomas Edison inventó el foco eléctrico. Él perfeccionó un invento similar pero más antiguo utilizando electricidad de baja corriente, el vacío dentro de un globo y un filamento pequeño y carbonizado y produjo una fuente de energía duradera y confiable. En ese momento, la idea del relámpago eléctrico no era nueva, pero no existía nada que fuera lo suficientemente práctico para poderse utilizar domésticamente. Edison no sólo inventó una luz eléctrica incandescente, sino un sistema de iluminación eléctrico que contenía todos los elementos para hacer que la luz incandescente fuera segura, económica y práctica. Antes de 1879, la electricidad por corriente directa (DC) solamente se utilizaba para iluminar áreas exteriores.
En junio de 1752, Benjamín Franklin hizo un experimento con un papalote en una noche de tormenta y descubrió que los relámpagos eran electricidad; él estaba tratando de investigar si los relámpagos se consideraban un fenómeno eléctrico.
En 1820, Hans Christian Oersted descubrió que la corriente eléctrica crea un campo magnético. Con este descubrimiento los científicos pudieran relacionar el magnetismo a los fenómenos eléctricos.
En 1879, Thomas Edison inventó el foco eléctrico. Él perfeccionó un invento similar pero más antiguo utilizando electricidad de baja corriente, el vacío dentro de un globo y un filamento pequeño y carbonizado y produjo una fuente de energía duradera y confiable. En ese momento, la idea del relámpago eléctrico no era nueva, pero no existía nada que fuera lo suficientemente práctico para poderse utilizar domésticamente. Edison no sólo inventó una luz eléctrica incandescente, sino un sistema de iluminación eléctrico que contenía todos los elementos para hacer que la luz incandescente fuera segura, económica y práctica. Antes de 1879, la electricidad por corriente directa (DC) solamente se utilizaba para iluminar áreas exteriores.